Con el corazón y el deseo de presentar platos con orgullo, dos chefs argentinas, una licenciada en nutrición y en salud pública y una profesora de cultura tradicional china y cocina gourmet, decidieron hacer algo auténtico y con espíritu de gastronomía gourmet y decidieron nombrarlo Bao Kitchen.
Bao Kitchen utiliza únicamente ingredientes frescos y de buena fuente, y garantiza que todos los productos avícolas sean orgánicos. Así se logra no solo un sabor único sino también un plato saludable. El nivel gourmet y la calidad son algo central para Bao Kitchen.
La historia detrás de Bao Kitchen
La idea de Bao Kitchen surge de una pasión familiar. Meilin Klemann, licenciada en nutrición y salud pública de la Universidad de Londres, viene de una familia de tradición gastronómica. Su abuelo materno instaló el primer restaurante francés en Taiwán y su madre es profesora de cocina china gourmet.
El abuelo nació en 1913 en Beijing y con la edad de 4 años jugaba todos los días al lado de los trenes mantenidos por los ingenieros franceses en Beijing. Los ingenieros vinieron en esa época con sus propios chefs franceses, porque no estaban acostumbrados a comer comida china todos los días. Él hizo amistad con los franceses y siempre lo invitaban a comer con ellos. El pequeño tenía mucha curiosidad porque la comida era tan diferente de la que preparaban en casa. Los chefs franceses en esa época de China eran muy buenos, su sueldo era excelente para un país en dificultad. De tanto ir a la cocina y mirar, desarrolló interés en esta comida tan diferente. Era muy listo con sus 4 años, y pronto se quedó en la cocina jugando y ayudando. El solía contar que los chefs franceses le dieron un sombrero de cocinero, tan grande que lo tenía que ajustar atrás con un alfiler. Le llamaban bromeando “le petit chef”.
Esto duró unos años aunque fue castigado varias veces por faltar a sus clases de aprendizaje. En esa época no había escuela pública, él tenía clases en una casa donde se juntaban chicos de parientes y vecinos, y juntos empleaban un maestro. Su padre incluso lo ataba para que no vaya a los trenes. Pero él se escapaba siempre, al final, su padre se resignó, y lo dejó ir. Así es que empezó a ser aprendiz de los chefs franceses y pronto empezó a viajar con el equipo de ingenieros y chefs en el tren.
Meilin conoció a su abuelo solo unos años antes de fallecer. Se asombró siempre que siendo un chef francés, en casa siempre se preparaba y degustaba comida china. Una vez le dijo a ella que a pesar que la cocina francesa es muy variada y deliciosa, la cocina china supera a cualquier otra cocina en variedad de ingredientes y sabores, y en las diferentes maneras de cocción. Esto es entendible por sus 5000 años de cultura, y sus tantas dinastías, cada una con su propia cultura, aún en la comida, que era también considerada como un arte. Hasta los más pobres sabían cómo cocinar y elaborar un plato sabroso.
Meilin y su hermano se criaron en este ambiente, y luego de vivir en lugares tan distintos como Taiwán, Korea, Indonesia, Camboya, Alemania, Perú y Argentina, Meilin se enamoró de los diversos platos y sabores allí. Ahora en Buenos Aires, Meilin decidió abrir Bao Kitchen, no solo poniendo en práctica su tradición gastronómica familiar, sino sumando sus conocimientos de nutrición y salud pública para presentar platos deliciosos y con un sabor nuevo garantizando la calidad y valor nutritivo de los mismos.